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5 jul 2011

Valentín y los Volcanes - Piedras al Lago (Single en Vinilo 7" - Echo Resonance)


Un vinilo, dos canciones, una banda de rock, una de esas bellezas que la geología todo el tiempo intenta comprender, una empresa inexplicable que pareciera no tener otro fin que el de ponderar en un arrebato todo lo que tiene para dar. Feliz inconsciencia, ante nosotros Valentín y los Volcanes reivindica una vez más y con deliciosa naturalidad, esa fascinación por la mala vida, el amor en los poblados, lo misterioso de la suerte esquiva y finalmente las pequeñas victorias, todo, todo, ahora a 45 RPM.

El formato vinilo, de la mano del newyorkino sello Echo Resonance, aborda estas canciones con la calidez de lo anacrónico y lo inevitablemente atemporal. "Piedras al lago" y "Nunca seré una canción en la radio" (personal versión de "Fish" de Daniel Johnston) afortunadamente suenan también a "este momento", a ya, a hoy, a lo que se agita y se derrama en una hermosa cadencia de guitarras y voces amuchadas. Canciones que transcurren como esas cosas que mañana o pasado tal vez no puedan entenderse, aún cuando permanezcan ahí, como un paisaje que desaparece y del que solo quedan figuras, contornos o surcos que no paran de girar, girar y girar siempre en el mismo lugar, una hermosa paradoja musical. Todo se reduce a una trampa perfecta, Valentín ylos Volcanes recrean hoy, el momento en el que tropezamos con esas canciones que nunca dejaremos de entonar.

Valentín y los Volcanes se presentarán este viernes 08 de julio en el inexpugnable Tío Bizarro junto a Los Reyes del Falsete.

Para El Altillo Under: Fernando Graneros

23 nov 2010

Verano Azul (Programa Radial)


"Verano azul" es un programa de radio, que bien podrías ser un podcast con sentimiento o un playlist pop infinito con más colores que los Sugus Confitados.
Por la retro-señal de Radio Royale, todos los jueves de 19 a 22hs (y en repetición los martes de 10 a 13hs), la dupla de dj's Hawaii & Tropic ofrecen una selección musical conducida por la amable lógica del pop, derivando en géneros y subgéneros como el twee pop, bubblegum, pop de cámara, jangle, power pop, C86, noise pop y un largo etcétera por el estilo.
La busqueda de esta transmisión estereofónica resulta ser rescatar la actualidad musical de grupos nuevos y no tanto, (pre)ocupados en recuperar el sonido de los '50, '60 y '70 o más bien de adaptarlo y deformarlo a su modo.
De Best Coast a The Divine Comedy, pasando por Cola Jet Set, The School, Cats On Fire, Magic Kids o Talulah Gosh... todos se convocan en tres horas de música inquieta que va y viene a través de los cálidos días. Oigan!

En el Aire: http://www.radioroyale.com.ar
En Fcbk: http://www.facebook.com/pages/Verano-Azul/164705340211327


15 mar 2010

Fuego Amigo Discos (Net Label)

"(...) Fuego Amigo no edita discos ni representa artistas ni sostiene escenas, solo difunde canciones y en ellas su misma voz, otra voz, una voz distinta todo el tiempo"

http://fuegoamigodiscos.com.ar

Las canciones por las canciones mismas solo que por detrás se oculta algo más. Los discos por los discos mismos sin que estos existan siquiera en realidad. Todos sabemos que el valor que por debajo guarda el hecho de que se distribuya -sin fines aparentes (solo por el fin en si mismo)- música independiente de manera gratuita es inmenso.
Fuego Amigo Discos aparece como esa linea ofensiva invisible que se separa de los causales belicos para generar un espacio aliado artistico y validero.
Desde su pagina oficial te podes descargar su catalogo entero: Jose Goyeneche, Verdeoscuro, Los Angeles y Luciana Tagliapietra. Cada artista tiene un ep de dos lados con una canción por espacio. No duden en visitarlo y en descargarse todo el catalogo de canciones.
Desde El Altillo Under les dejamos el lado b de Jose Goyeneche.

Jo Goyeneche - Jalando (lado b) Fuego Amigo Discos (Download)

Todas las canciones están bajo derechos Creative Commons

http://fuegoamigodiscos.com.ar


4 may 2009

Mis Diez - Fernando Graneros


Seguimos con la repartición de nuestras riquezas musicales de manera equitativa por un socialismo internacional. En esta ocasión otro de nuestros compañeros (Discos Perdidos) se ha sometido a la tortura de disminuir un mundo de canciones a tan solo diez selecciones; las cuales fueron las siguientes:

1) Compañero Asma - Mothership on the way
Naves que flotan y viejos satélites rusos. Synths y cadencia; space rock gravitacional del que le gusta a la gente (de otros planetas).

2) Damon & Naomi - Laika

Algunas cosas duelen más que otras, por ejemplo esta canción.

3) Ático - Autopistas
Es muy probable que las mejores canciones sean escritas en autopistas que no van a ningún lugar, por personas que se van todo el tiempo. Esta es un buen ejemplo, espero que vuelvan.

4) The Orchids - Another saturday night
Algunos de nosotros, algunos sabados, preferimos no salir ni siquiera del baño. Aquí la canción de esos días. (¿Que hubiera sido del mundo sin Sarah Records?)

5) Menos que cero - Cartas
Podríamos adolescer corriendo carreras con esta canción, podríamos perder todos al mismo tiempo y festejar sentados en la misma vereda. Las cartas, como el recuerdo de las cosas que no sabemos como decir.

6) The Lovetones - Winter in Hollywood
Canción de pre-temporada, si es que este invierno va a hacer mucho frío. Percátense de esa flauta que los va encantar.

7) Los Planetas - Anuncio para coches
Novias del mundo: pueden irse bien, bien lejos, llevarse todo y dejarnos solamente esta canción.

8) The 6ths (feat Dean Wareham) - Falling out of love (with you)
Stephen + Dean, lo mínimo que podía salir de su reunión era esta belleza. Si hubieran tenido un hijo, hubiera sido un genio dueño de todo(?).

9) Voltura – Gatichaves
Es la versión yolatenguista (?) de uno de los tantos anacronismos y destiempos urbanos a los que se enfrenta inevitablemente el corazón, y es adorable. Cursis y meláncolicos, ellos tambien la tenían.

10) Guided By Voices - Gold star for robot boy
Y pensar que algunes necesitan discursos, máquinas y "pose" para emocionar. GBV: 1 - Resto del Mundo: 0


13 abr 2009

Discos Perdidos VII: “Viajar Lejos” (Los Pillos / ‘87)


Discos Perdidos VII:
“Viajar Lejos” (Los Pillos / ‘87)

Como nunca, una canción impone en su intensidad, en su ritmo sincopado y en sus ensordecidos pero atentos dilemas existenciales, el ascenso de una mirada "sonora" que entre lo confesional, el realismo urbano y la sensibilidad oscura, le hace sombra a toda una temblorosa y apática realidad (musical) de ayer y hoy.

Como saltar cada vez más alto para caer al piso cada vez más fuerte, Los Pillos producen un efecto tan cotidiano como misterioso, diario como las chapas de esa fábrica que refleja la tapa del disco y tan oculto como el lugar donde “descansa la niebla”.

Son estas las dimensiones atemporales que asumen "Viajar lejos" (la canción, el disco) y Los Pillos, dimensiones que dado el extravío que sufrieron obra y grupo dentro del devenir "rockero" de la historia nacional, merecen ser recordadas y exaltadas como antecedente y motor de toda una generación musical que luego reivindicó (o debería reivindicar inevitablemente) el localismo como discurso poético y subversivo, así como lo íntimo y su marginalidad como contracultura (“Rock de la caída”).

Al pie de cada canción, cada palabra y cada gesto, Los Pillos emergen breves en la escena y en el tiempo, con una actitud musical y verborrágica que se encargaba de contrarrestar el escapismo, la necedad de las poses y el desapego "moderno" como narcótico ante una realidad ardiente e inquietante día a día (“Conversaciones con la Hierba”) .

Este disco nace en 1987 y entre el pulso vívido de la voz de Adrián Yanzón (cantor, vibrato, duda, introspección, eco, “muerden pensamientos descalzos”) y el arrebatado golpe de Pablo Esau (batería, tribal, opaco, “muerden los huesos la caja de ritmos”), se cruzan con el la exactitud de un bajo (Aloé) y el filo de guitarras de épica post punk (Fiori), que no hacen otra cosas que entregar un leve letargo a la escena, extremando la tensión de cada palabra.
Es maravilloso como justamente batería y voz se conjugan en cada choque, cada ritmo duro y seco se acompaña de aceleraciones vocales o silencios, devaneos asfixiantes de frases como: "oculto en el ascensor pude comenzar el día, continuando un sueño poco placentero" (“Poco Placentero”).
Inevitables comparaciones con Joy Division o Siouxie & The Banshees resultan de un efecto facilista y si bien se ajustan al trabajo melódico post punk y opresivo, acotan el amplio horizonte tercermundista, enigmático o campestre y urbano a la vez, que impregnaba la poesía y la música de Los Pillos.
Al mismo tiempo, la cercanía con el registro vocal de Morrissey en su etapa de The Smiths, tan solo aporta una referencia más a un juego en el que Yanzón arremetía pronunciando palabras como estallidos, manteniendo una cadencia y una entonación inigualable.

Envuelto en una atmósfera densa, la visibilidad es nula por momentos y allí es donde el propio ser es el que habla, canta, oye y golpea. Como saltar cada vez más alto para caer al piso cada vez más fuerte, Los Pillos producen un efecto tan cotidiano como misterioso, diario como las chapas de esa fábrica que refleja la tapa del disco y tan oculto como el lugar donde “descansa la niebla”.
Fernando Graneros para El Altillo Under



31 mar 2009

Discos Perdidos VI: “The Blue Trees EP”


Discos Perdidos VI: “The Blue Trees EP” (Gorky’s Zygotic Mynci - ’00)

Se mezclan recuerdos de pic-nics sobre el pasto, de caminatas y mediatarde, cuando por un momento tenemos en nuestras manos “Face like summer”, oda al incierto destino de un verano que se va con el viento norte y el mismo sol.
Cual vieja postal enterrada en cajones, “The Blue Trees” (la canción) es esa perdida imagen de algún fin de semana en los bosques de Gales o Ezeiza, en un coche que no llega más y que va más lento que los mismos árboles, azules robles que descansan ahí.
Las canciones se vuelven una invasión de atardeceres invitándonos a un deleite extraño sin tiempo ni lugar. La misteriosa pasividad y el desdén que las rodea, las vuelve una versión del pasado que no desiste de ser presente en nuestro corazón.
Cada rasguido, cada punteo de guitarras intermitentes, los violines yendo y viniendo, el peso del piano y sus notas o los juegos de voces como en “This Summer's Been Good from the Start”, todo se matiza y se impregna del sentimiento escondido en cada tema.
Y si bien ya sabemos que los Gorky's se embeben de una mágica mezcla de pereza, furor y psicodelia, cuando hablamos de "The Blue Trees", hablamos especialmente de la fruta que, madura, más lejos cayó de su árbol de canciones, sin hacer ruido pero hundiéndose bien adentro de la tierra.
Cada arreglo de cuerdas se tiñe de un sepia agridulce y la voz de Euros Child nos suena al agotador calor de cualquier marzo. De a ratos se vuelve tornasol, de a ratos oscurece y a veces llueve, pero siempre, tarde o temprano, siempre, siempre brilla.
Este EP es un obsequio que pequeño, alcanza y sobra. Como una siesta, llega sin querer y sin querer se va. Cada ritmo, pulso y melodía, decora. A veces instrumental, a veces sin palabras, a veces diciéndolo todo, como esa vieja tipografía en la tapa del disco, letra y música esconden un anhelo nostálgico que insistente de principio a fin.
Como en el final con “Sbia Ar Y Seren”, cada canción contiene la tristeza de un botón galés perdido entre el pasto y el olvido de un rostro que se vuelve, una vez más, recuerdo bajo un árbol azul.



20 mar 2009

Discos Perdidos: Peligrosos Gorriones - Antiflash


Discos Perdidos V: Peligrosos Gorriones - Antiflash

De una lucha intermitente contra complejos dilemas existenciales (propios y mutuos) resultó "Antiflash", la delgada línea que condujo a Peligrosos Gorriones de una psicodelia anárquica, atolondrada y visceral a un descontento de madera, piel, poesía y asperezas.
Quizás la mejor y más olvidada obra de los platenses entrañables e influyentes (a la fuerza o merecidamente) de los últimos años, “Antiflash” se desplegaba como un pergamino de voces, como garabatos agitados, secos y conurbanos.
Si Babasónicos mató lo que en algún momento quiso ser el "Nuevo Rock" con Jessico y “el éxtasis del flash”, bueno Peligrosos Gorriones no llegó a ver ese fin y hacia 1997, “Antiflash” justamente, despuntaba el vicio oscuro y retorcido del ocultamiento como el paso firme hacia la musicalidad, la poesía y el olvido porque no. Este disco se pierde en la voracidad del tiempo y cuatro personalidades disidentes del éxito, se congregan tras villancicos sobre pistolas vacías y rechazos.
El último disco de Peligrosos Gorriones desbordaba belleza en apelativos violentos y desesperanzados, en catarsis mortuoria, extinción, monedas y veneno para un grupo que cual ave, temeraria o cobarde, prefería los claroscuros a las luces.
Historias desengañadas en clave de triste canción de amor; misteriosas cadencias melódicas; pop de guitarras y canciones en un deslizamiento a metros del piso, en velocidad; efervescencia punk de a ratos, todo conjugado dentro de la química casi ficticia de un grupo de amigos que algo descreídos, comulgaba la insistencia musical por sobre todo, sea automática o decidida.
Si el éxito había sido condena y patrón del devenir de Bochatón, Coda, el Cuervo y Rodrigo, bueno su desenlace nada tuvo que ver con un fracaso comercial ni mucho menos creativo. Tenemos en "Antiflash" una conjugación original y poderosa del grupo, con la cual ocultaba tras un velo de constancia, miles de debilidades y adicciones.

"Salvaje" quizás era la canción que teñía de oscuro lo que quedaba de luz en la poesía de los Peligrosos Gorriones.
Hay candor en la forma en que Francisco cantaba sobre el "océano en tu alma" y las "señales desde el mar". Inundados, en este punto Peligrosos Gorriones rompe con un cúmulo de aceleradas psicosis musicales, persecuciones y anarquía poética para entregar una de las más bellas canciones de lo que nunca fue ni rock ni pop ni alternativo ni nada.
Algo así como escribir una canción de amor pero lejos bien lejos de la costa, "Salvaje" es dentro de el disco "Antiflash" la incertidumbre del remanso. Y si el disco terminó siendo un desconcertante final envuelto en buenas canciones, entonces, “Salvaje” al fin, demostraba como hasta ahogados con palabras, Peligrosos Gorriones respiraba su propio instinto, desbordando paisajes de dolor, derrotas y suavidad.

Fernando Graneros para El Altillo Under


16 feb 2009

Discos Perdidos - Tremolo

Discos Perdidos - Tremolo (My Bloody Valentine)

Con el final de "Trémolo", es mágico pensar como comienza una fluctuación constante y perpetua que llega hasta nuestros días, consecuencia de ritmos cruzados, volumen y amplitud, percusiones invisibles y guitarras transparantándose todo el tiempo.
El sonido de MBV, más "humano" que nunca, se vuelve un mito y se desvirtua en un ir y venir melódico y tierno.
Como un caramelo ácido, todo en MBV parece indicar que la opción es morder y acabar o sentir como se conmueven las canciones en tu boca, restringiendo el placer y el sabor a simple lugares comunes, haciendo de la experimentación algo sencillo y melódico. Romanticismo.
"To here Knows When" o "Honey Power", no entienden de lamentos ni de otros misterios más que el del noise como un viaje en tren al espacio duro, que puede ser venus, morón o el sol. La canción toda es un espacio estrellado en el que ecos de voces hablan entre sí y cuentan desconsuelos y felicidades.
Tremolo es una excusa, un delirio o un avance sin metas claras, nunca "el" mencionadísimo disco de MBV. Quizás por eso merece reconocerse en estas canciones o en los enigmas que encierra "Swallow" perdiéndose todo el tiempo, que cada una de ellas mientras avanzan sin querer ganan metros con el corazón y consiguen segundos premios en constancia, velocidad y melodía. Los logros entonces, no se miden en el tiempo o su duración y para eso gracias a dios están los EP's.
Tremolo cuenta cosas hasta cuando no dice nada ("Moon Song"), abriga, despeina o arrastra. Ahora que lo pienso escuchar "Trémolo" es como oír el viento dentro del mismo viento, pero mejor.



Como todo el antes y después de "Loveless", este disco es un perdido en la discografía de Kevin Shields y en su insufrible obsesión por cambiar siendo el mismo siempre. Es extraño como lo constante se vuelve breve en este disco y al mismo tiempo se repite todo el tiempo, sonando distinto.
Toda la poesia, la carrera, el sonido, la estética y la vida (y muerte) de MBV parece inundada por esa confusión constante, por la magia de odiar y querer al mismo tiempo, una lucha de opuestos que de la claridad a la bruma descubre las canciones que cantan esos a los que no les (nos) importa nada ultimamente, esos a los que justamente, la confusión los sumerge en este tipo de encantos totalmente indescriptibles.
Como las cosas que no saben donde encontrarse, como las cosas que no se pueden guardar en ningún lado, Tremolo se pierde también.

Fernando Graneros para El Altillo Under


20 ene 2009

Discos Perdidos - Don Cornelio


Discos Perdidos III: Don Cornelio – Patria o Muerte (1988)

Hay una forma musical y definitiva de tocar lo otro, lo nunca, lo bajo, lo que nadie alcanza donde nadie llega. Hay una forma de hacer de esto algo oscuro y poderoso, lejos de cualquier victoria artística o comercial (hay un punto en el que aunque no lo crean, esto no importa). Hasta ahí llegó Don Cornelio y nadie más.
Hay una experiencia que desde la obra musical o desde la vida misma, se concibe desde su origen como una rebeldía hacia a la nada y contra todos al mismo tiempo. En 1988, como nunca antes ni ahora, a mitad de camino entre la patria y la muerte, Don Cornelio bajó a esas profundidades y de nuevo, llegó.
En este disco, el grupo ya no tenía “zona” ni lugar en el mundo, tan así de indefinidas eran las dimensiones. Ocasionalmente lo integraban Palo Pandolfo (voz), Alejandro Varela (guitarra), Claudio Fernández (batería), Federico Ghazarosian (bajo), Fernando Colombo (saxo), Sergio Iskowitz (trompeta) y Gustavo Campana (teclados). Escapando de la frivolidad, encuentran la agresividad y la autodestrucción como únicos e irrevocables motivos de inspiración.
La pérdida de este disco era inevitable, porque el mismo disco nació del tiempo perdido, de vidas excedidas, de una sola noche de invalorable e inalcanzable desconsuelo creativo. El disco es un cuerpo seco y negro. Es oscuro, es la óptica post punk desde el Teatro Fénix de Flores a finales de los ‘80 o la new wave sobre el 86, viendo pasar un Liniers que es más opaco y más fábrica que cualquiera de tus “Manchester”.
Es la destrucción inspirada y la apropiación brillante de lo opaco, el platino y la realidad. Hijo de Berlín Records y de la primavera alfonsinista, es la foto más oscura del invierno porteño.

Originalmente, eran quince canciones de un urbano viaje en un tiempo en el que la palabra "snob" no existía en el diccionario "vernáculo", que por otra parte si era la palabra por pronunciar. Si la pose de Virus era “salir del agujero interior”, Don Cornelio se hundía en “Espirales” “Reventando” “Fuego Rojo” en “Sangre Amarilla” y “Botes Quebrados”.
Es imprescindible comprender como las guitarras doliendo literalmente y los alaridos o desvaríos musicales hacen del desconcierto algo profuso, dañino y perfecto.
Palo Pandolfo se desvestía a oscuras arrancándose ropa y piel, personificando como era eso de sentir que una temporada en el infierno se lleva la vida ("Bajaremos incontenibles hasta donde el diablo pueda olernos")
A fin de cuentas, el miedo no se compra en películas, se paga en la calle, se carga en la voz de cada uno de nosotros y la música se vuelve el amplificador de todo eso, de cosas nuestras, de la tensión del encordado y de la pena o la lujuria. Ahí, justo en ese lugar, se perdió “Patria o Muerte” ("abajo muy chato, peleando esperando, muy lejos de creer")
Afilado, cortante y desgarrador, el grupo y sus canciones avanzan de la autodestrucción hacia ningún lugar. “Patria o Muerte” sin querer, planteó un dilema que se volvió el último disco de los '80 y al mismo tiempo el primero de todo un porvenir que no fue.

Fernando Graneros para El Altillo Under


5 ene 2009

Discos Perdidos - Think Tank


Es muy probable, que escribir sobre Think Tank sea totalmente innecesario. Hecha la aclaración, sepan que no me importa. Este disco es el séptimo álbum de Blur, con fecha de mayo del 2003 y es un disco que merece estar perdido, bien perdido. Pero no importa.
Parido del abandono y rescatado por el tiempo y toda la desolación que puede llenar una habitación en Villa Celina (supongamos que hoy), les parecerá un buen disco si les gusta mucho Blur, les parecerá obsoleto si les resulta insoportable toda su discografía, todo el brit pop y hasta Tony Blair.
Sin embargo, acá, en la punta de los dedos, tengo el presentimiento de que mientras escucho "Out of time", el track dos, recibo el rescate más digno que me puede alcanzar esta noche. El disco empieza y termina en esta canción, con lo que suena de la agotada voz de Damon Albarn y con las innumerables formas que tiene de inundar de melancolía, el desconcierto y el anacronismo de cualquier sentimiento relativamente cercano o profundamente relacionado con el amor y alguien que ya no está.
Particularmente, la debilidad de la canción no se compara con los sonidos electrónicos, las atmósferas llenas de pesadez o la aceleración innecesaria del resto del disco. La canción es un gran vacío, transcurre "fuera-de-tiempo" y se vuelve un “irse total”, una descoordinada muestra de "falta de..." (persona, amor, dolor, entendimiento, hambre, gloria o lo que sea).
Al mismo tiempo, “Out of time” resuelve y explica por sí sola la necesidad de Think Tank y el porque de todas sus sensaciones. Su primera frase nos pregunta: "Wheres the love song to set us free" y la nostalgia se puede oír a lo lejos, como corazón y motor de todo el disco.

Damon Albarn, desprendido a la fuerza del “perdido” de Graham Coxon, embiste contra su propia guerra y desbordado de vacíos, en lugar de detenerse y cubrirse en medio de las explosiones, se asoma al tanque y compone una de sus canciones mas delicadas, preciosas y honestas. Tan solo está que se hace cargo de Blur, de sus compañeros y de la composición de todo un disco sin aquellas guitarras y sin frescura, avejentado, cansino y fatal.
Así como “Out of Time” toma coraje y se llama a sí misma como aquel viejo clásico, Damon, con un ukelele, un tacho, coros lejanos y mucho encierro, descompone su soledad en una canción que es mitad sueño y mitad nube, mitad duda y mitad resignación (“too many people down, everything turning the wrong way round”).
Y el disco nunca llega a ser tan expresivo como esta canción (ni con "Ambulance" ni con esos harapos de alguna vieja remera que parecen ser "Crazy Beat" o "The Sweet Song") pero se traslucen confesiones, faltas y heridas que se cubren con vendas muy parecidas a las que recubren "Out of time".
El resultado (como si importara alguna vez) es un silencio cantado y un vacío del tamaño de un portaviones, pero dentro de una habitación. Un disco que trata de ser cubierto con lo que hay y que, en este caso, en Blur es poco.
Y poco es una suerte, cuando presentimos un futuro a destiempo o demorado en la ternura de "Out of time" y poco es una desgracia, cuando nos perdemos en el resto del disco, mientras el mismo disco se pierde también.

Fernando Graneros para El Altillo Under


10 dic 2008

Discos Perdidos - Nueva Seccion


Discos Perdidos: Grabaciones Intimas / Canciones Pop (Indice Virgen ’98)

Cuando Indice era “Virgen”, nosotros de alguna forma, también. O sea, en ese compartir cosas todo el tiempo (como compartís con un amigo cuando les decís que estas triste, con tu novia cuando le contás secretos o con vecinos cuando charlan de fútbol un lunes), cuando Indice era Indice Virgen compartíamos las mismas canciones, las mismas voces y las mismas miradas perdidas en ningún lugar, que al final resultaban ser el mismo para los dos.

Grabaciones Intimas / Canciones Pop” fue antes que nada un compilado de cantautores o grupos reunidos en su mínima expresión, en un plan reducido en el que sus canciones y su levedad, mezclaban desencanto y ternura. Había ahí misterio, pero no el que vemos en el cine negro, sino más bien el que sentimos cuando pensamos en aquel departamento de ventanas cerradas frente al nuestro, misterioso como nos saber que nos pasa cuando no hay amigos ni novias ni vecinos.

Con poesía de entre-casa, pop y pasos lentos como motor y causa de sus primeras ediciones, Indice Virgen descubrió que bien adentro, el músico / cantante / cantautor / chico / chica que escondemos todos, encierra lo mismo en cada uno de nosotros: mil cosas que decir y muchas canciones para hacerlo con honestidad.

Este es justamente un disco honesto, sincero y sencillo, pequeño como un rasguido o largo como la noche, pero sobre todas las cosas perdido. “Fondo Sandy”, “Astroboy nunca pierde”, “Spleen” (!), “Opio” o “Indra”, estaban ahí, todos grupo lejos de hábito rocker de generar, reproducirse, trascender y encenderse. Más que piedra angular de una “generación” o “escena” totalmente desconfiable, el disco fue en 1998 un canto rodado en medio de toda una obra en construcción, sin bordes cortantes y áspero a la vez.

El primer recuerdo es el verano, segundo es el calor, el tercero es un disco rojo, transparente, entre porta-estudios, madrugadas y nada en que pensar. Me acuerdo de “Menos que cero” (Demasiadas impresiones) y una armónica acalorada justamente, pesada si, como pesan las cosas cuando es muy tarde y uno no tiene muchas ganas de mirar.

Eran ideales los paisajes pintados por Bochatón (Perfume (de Verano)), más solo que nunca; la canción de Paoletti (Ciego), que todavía no se había ido, ni había vuelto pero que sabía “estar” y lo hacía muy bien, como nadie; y también estaba Leo García, tan pero tan lejos de hoy, que vagaba entre irse al espacio (A vivir a Marte) y expandirse con delay. Con muy poco, hacían mucho.

Si hasta lo profundo llegaba Santi Amor, que en un par de versos, desarmaba una criolla su canción (Linda) en letras, serpientes, ríos y palabreríos. Este disco está perdido, es una pena y al mismo tiempo está bien, como el Joven Low-Fi que cantaba que era un “hijo crónico”, que pensaba todo el tiempo en irse de la casa de sus padres pero también en quedarse y estaba bien.

Duro un verano, quizás más, a esta altura ya no importa demasiado. La historia cuenta que Indice Virgen fue un sello que se mantuvo en la delgada línea que rodeaba todo lo que nos gustaba hasta que dejó de entender las canciones, su sencillez y la melancolía en cada una de ellas, como un todo poético, pasional e insistentemente combativo. Tus Hermosos cantaban (en Luna) que “todo y nada, de este lugar jamás cambiará” y eso aprendimos, y quizás de eso se trata también este verano. Es algo desconcertante capaz, pero en el fondo hay que saber que son solo canciones y que (a diferencia de las personas y lo que hacen todo el tiempo) aunque se pierdan, no envejecen (por suerte). Yo lo entiendo y creo que ya no le creo a nadie y sigo pensando, como dice Carlitos, que “madurar, no es crecer” (otra vez, por suerte).


FERNANDO GRANEROS para El Alrillo Under